Estos poemas de Antonio Machado, los musicalicé en el año 67 y con las canciones resultantes ofrecí un recital en el teatro de la Zarzuela de Madrid el 19 de diciembre de aquel año . Mencionar a Machado en aquellos tiempos todavía álgidos del franquismo era peligroso y más aún subirlo a un escenario. Por fortuna pudimos hacerlo. En aquella oportunidad me acompañó una gran orquesta dirigida por Waldo de los Ríos y el recital fue todo un acontecimiento cultural pues hasta entonces las canciones populares eran en su mayoría canciones sin contenido alguno. Los textos al uso no pasaban de “te quiero mucho”, ”no me olvides”, al servicio de algo gracioso y fácilmente memorizable o lo que es igual, fácilmente vendible como también fácilmente olvidable. La “intelectualidad” que menciona Agustín Lara en su chotis Madrid, pasaba olímpicamente de la canción popular por considerarlo un género menor y sin valores estéticos y ni siquiera lúdicos o picarescamente frívolos. La gran canción era algo que había asumido la resignación de ser considerada un monopolio perteneciente nostálgicamente a los franceses Por eso, la intelectualidad de entonces se volcó en pleno con la idea de que alguien pudiera cantar textos de poetas importantes, que además de enriquecer el cancionero popular, era una rendija donde podían asomarse los jóvenes insulsos de la época y los sedientos de aperturas culturales que el régimen veía con malos ojos.De alguna manera aquello era un asomo de rebeldía que fue recibido con beneplácito pese a la repulsa de un grupúsculo de reaccionarios inquisidores franquistas que no escondieron sus protestas durante todo el recital que por encima de insultos e improperios de toda índole el recital fue todo un éxito.
Ahora en esta Antología de canciones desnudas con Miralles hemos enlazado cuatro temas compuestos sobre textos de Antonio Machado conformando una especie de suite. Las canciones son: “Yo voy soñando caminos”, “Guitarra del mesón”, “Retrato” y “Las moscas”. |
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