Cortez al desnudo
A MODO DE RESPONSO
    Letra: Alberto Cortez
    Música: Alberto Cortez
 
Es difícil para mí hacer un retrato de Miguel Angel Merellano, hombre del mundo de la música porque me declaro con una absoluta falta de objetividad ya que mi amor por él me impide definirlo con ecuanimidad. Nos conocimos por mi música, él como hombre de radio que era descubrió mis trabajos y desde el principio se erigió en el más apasionado defensor de mis discos y de mis ideas sobre la canción popular. Amaba la música y a través de ella profundamente a la gente a quién se dirigía desde su plataforma radiofónica. Sabía que si se sometía al “marketing” de las multinacionales del disco contribuía a embrutecer a la gente, a su gente, a la gente de su pueblo, de su país, de su nación y no pasaba por esos aros. Podría haber sido un hombre de fortuna si lo hubiera hecho, pero prefirió seguir defendiendo lo que el creía y amaba. ”Siempre de frente izando la bandera de tu verdad, por dura que ella fuera en esta absurda torre de Babel”. Su pelo y barbas blancas le daban un aspecto similar a Hemingway y no le disgustaba la comparación. Iba con frecuencia a Rancul y se hospedaba en mi casa natal. Adoraba a mi madre y a mi hermano Raúl y en el pueblo, pese a ser de la capital es decir un capitalino todo el mundo lo quería y abría la puerta de su casa para él. Durante la dictadura militar en Argentina, la última que seguramente por serlo fue la más sangrienta y terrible de las que ha vivido jamás aquel país que también es el mío y para el que deseo que nunca más regresen esos fantasmas salva patrias o hunde pueblos. Bien durante esa dictadura militar, digo, Miguel se vio sometido al destierro mas no al exilio porque nadie lo echaría de su tierra. Por no callarse y denunciar sin descanso ni tregua lo despojaron de sus programas y hubo de buscar refugio en el sur, allá en la generosa tierra de Neuquén en donde al parecer de “los milicos” su presencia y su palabra no eran peligrosas. Cuando finalmente llegó la democracia de la mano de Raúl Alfonsín y acabó con tanta locura de poder nefando y prepotente, Miguel Angel regresó a Buenos Aires, a sus programas, a sus oyentes y a su querida música. Volvieron a sonar entonces con más fuerza que nunca en las ondas argentinas,los discos de Piazzola, Mercedes Sosa, Atahualpa, Falú, Pugliese, Serrat y Cortez entre otros muchos cultores de la música popular seria y respetuosa de los valores más hondos de la cultura popular. Estaba yo en Barcelona para ofrecer un recital en el Palau de la música catalana y fui invitado al programa radial “Protagonistas” que dirigía como aún lo hace Luis del Olmo. Instantes antes de salir al aire con la entrevista un secretaria del programa me indicó que tenía una llamada desde Buenos Aires. Sorprendido acudí al teléfono y del otro lado de la linea estaba Omar Lauría, mi apoderado que me comunicó la nueva de la muerte de Miguel Angel. Se había estrellado el avión privado en el que viajaba a la ciudad de Salta en el norte de Argentina y no había supervivientes. Regresé a la cabina y mi cara debe haber tenido la expresión inequívoca de las catástrofes, porque Luis me preguntó si había sucedido algo grave. Le conté a Luis y a los oyentes de “Protagonistas” la razón de mi estado emocional y regresé al hotel a llorar solo la muerte de tan querido amigo. Por la noche durante el recital la interpretación de “Cuando un amigo se va” tuvo especial significación. Joan Manuel Serrat estaba presente entre el público y al final nos abrazamos y lloramos por el amigo desaparecido. Es decir, “ya que la muerte me pasó de largo, canto en la tuya el canto más amargo que es mi manera de llorar, Miguel”.
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