En esta canción he tratado de pintar ese momento mágico en la vida de todos los seres humanos que es el tránsito entre la niñez y la pubertad. Es una edad llena de sutilezas, de descubrimientos fundamentales, de asombros imposibles de narrar. Quienes más suelen notar este fenómeno de cambios son nuestros padres que un buen día se encuentran con novedades inesperadas todavía, pero que allí están infaltables a su cita con la vida e inamovibles. Empieza la época de las explicaciones difíciles pero necesarias y todo viene rodeado de una ternura infinita y de un orgullo paternal inenarrable. Es el primer paso hacia el adulto, es la despedida tácita de la inocencia, el adiós incondicional a la época probablemente más hermosa de la vida que ya no se recupera jamás. Jacques Brel decía, “es necesario tener mucho talento para llegar a viejo sin ser adulto(Chanson des vieux amants)”. |
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