Uno...
que sabe cómo es uno,
más hombre que ninguno
quisiera darlo todo.
Todo...
a quien le comprendiera,
sus cumbres y laderas,
llanuras y recodos.
Uno...
que asume lo que es uno
se entrega inoportuno
a cada amor que llega.
LLega...
y le abre uno los brazos,
sabiendo que es de paso
lo mismo uno se entrega.
Uno se enciende...
uno se apaga...
intermitente,
como una llama.
Y sin embargo
guarda en la boca
el gusto amargo
de las derrotas.
Uno...
quisiera, como es uno
amar más que niniguno
y sigue estando sólo...
sólo...
con toda su torpeza,
añora con tristeza,
amores del pasado.
Y uno
sin fuego y sin abrigo
apoya en los amigos
el alma destemplada.
Sabe
de sobra su calvario
y afronta solitario
la vida cotidiana. |