Cuando vuelva a verte
me ataré a tus brazos
para convencerte,
que no estoy de paso.
Ando de distancia,
pero no de ausencia,
ando con el alma
llena de tu esencia.
Cuando vuelva a verte
ya la primavera
andará jugando
sobre la pradera.
Coloreando el campo
de color gramilla,
convocando el canto
de las abubillas.
Cuando vuelva a verte
me daré permiso
para recorrerte
lo que sea preciso.
Me sabrán a poco
mis pasiones brunas.
En tus glaucos ojos
andará la luna.
Cuando vuelva a verte
te traeré noticias:
como he sido huésped
de mis avaricias,
de mis espejismos,
de mis ilusiones,
y hasta del abismo
de mis decepciones.
Cuando vuelva a verte,
de alguna manera
voy a reponerte
todas las esperas.
Estaré contigo
hasta mecerte.
Colgaré el abrigo
cuando vuelva a verte. |