Ese dolor a ti que me perfora
en la entera caricia de tu cuerpo,
lo he de sentir igual después de muerto,
igual que muerto ya lo siento ahora.
Ese dolor a ti es un espora
de luz, es un dolor a pecho abierto
que ha plegado sus velas en mi puerto,
y lo abarca y lo ocupa y lo devora.
Sin embargo, consciente no lo llora
mi lágrima habitual. El desconcierto
es como una fontana en el desierto,
derramada en la esfera de mis horas.
Ese dolor a ti que me perfora
en la entera caricia de tu cuerpo. |