ALBERTO CORTEZ EN GRANADA
El mundo de la poesía granadina tiene desde hace cinco años una cita estival ineludible en el ciclo “Poesía en el Laurel”. Se trata de un festival en el que poetas y cantautores de todas partes del mundo ofrecen ´a todo aquel que quiera acercarse a escuchar´ la oportunidad de reencontrarse con la cultura.
Esta cita anual abrió sus puertas el martes 7 de agosto de 2007 con la actuación del cantautor argentino Alberto Cortez, que reunió a más de ochocientas personas en el Convento de San Luis el Real en La Zubia. El director y organizador de la propuesta, el poeta Pedro Enríquez, se mostró ´encantado´ con el respaldo que logró la primera actuación y subrayó que fue ´todo un honor´ poder dar comienzo al ciclo con la colaboración de un artista con el que la gente ´se volcó y se emocionó´. ´Fue como si Alberto Cortez formara parte de la vida de todos. Asistieron personas de toda España´, recordó Enríquez. (www.diariogranadahoy.com, Delia Bianchi, 15 de Agosto de 2007).
“En los Jardines del Convento San Luis el Real de La Zubia pondrá esta noche el compositor de La Pampa Argentina un punto y seguido a su intimista gira con la única compañía de un piano. El cantautor argentino Alberto Cortez viene directamente de la República Dominicana, donde ofreció el domingo un recital, con el tiempo justo de convertir el Laurel de la Reina en la última parada de una serie de conciertos de música de cámara que ha ofrecido en distintas ciudades de Sudamérica.
El recital tendrá una duración aproximada de dos horas. Después, el cantautor se tomará un descanso hasta el 31 de julio, donde actuará en Tenerife en el Festival Teresa de Bolívar para volver a cruzar el charco y actuar todo el mes de septiembre en Argentina”. (www.diariogranadahoy.com, Mario Salguero, 7 de Agosto de 2007).
ALBERTO CORTEZ CANTAUTOR, por Román Urrutia (fragmentos de www.ideal.es).
Alberto Cortez se hizo por mérito propio un sitio en la historia reciente de España; al menos dos generaciones han crecido empapados por la ternura de sus versos y sus canciones se convirtieron en indispensables en muchas tertulias.
Alberto Cortez ha llegado hasta Granada, hasta el incomparable marco del Laurel de la Reina en el convento de San Luis, en La Zubia, de la mano de Pedro Enríquez, un poeta callado que ha conseguido difundir fuera de nuestras fronteras que Granada, La Zubia, es en verano la capital del botellón de versos y música, una difícil competencia que ha vencido a la estridencia reuniendo cada martes a más de quinientas personas dispuestas a estremecerse como una sola con la poesía o, como anoche, con esas canciones susurradas de un Alberto Cortez en su cénit, un Alberto Cortez de profesión poeta que nos recibe disculpándose «por mi atuendo excesivamente informal».
-Usted ha significado mucho para una generación de españoles. ¿Cree que son tiempos pasados y la época de los poetas cantantes ha pasado?
-Un poco, pero volverá, todo es cíclico y lo digo en una de mis canciones. La poesía no pasa, lo que ocurre es que ha degradado la palabra “poeta” y para vender un producto de unos grandes almacenes se dice que es un “poema”. Pero es algo más serio. Hay buenos poetas y buenos cantantes, pero está esa palabreja que es marketing, que todo lo destruye y cuando algún cantante comienza a despuntar, a los dos días está en las carteleras como una estrella y le faltan los cincuenta años de camino que hicimos, por ejemplo, Serrat, yo mismo y otros como nosotros.
-En una época en la que los escenarios estaban llenos de cantautores protesta, usted se ganó al público con versos cantados. ¿Cómo explica eso?
-Muy sencillo. Yo nunca consideré el escenario como una tribuna, porque los poetas debemos denunciar las desigualdades, pero no ofrecer soluciones políticas, para eso están los políticos. Yo siempre tuve otro concepto de la protesta y era difundir, cantar a Neruda o a Yupanqui. Pero eso debe hacerse entonces y sobre todo ahora, que la gente lee poca poesía y debemos hacer que ésta salga a la calle porque el público español está distraído con cosas intranscendentes.
Se vive en un mundo de fraude y de falsedades, por eso debemos seguir reivindicando la poesía.
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